viernes, 3 de enero de 2025

"DIARIO DE UN GATO NOCTURNO" (2009), PRIMER LIBRO DE JAVIER GATO


El Diario de un gato nocturno (2009) de Javier Gato combina un estilo barroco, decadente y profundamente visceral con una exploración de los márgenes de la sociedad y la experiencia humana.

El poemario se adentra en los espacios oscuros de la sociedad: drogas, noches interminables, sexo y soledad. La figura del gato nocturno es una metáfora del deambular errático y la alienación de los individuos que habitan estos mundos. Poemas como Génesis o Crack retratan la crudeza de las noches urbanas, con referencias explícitas a los excesos y las emociones desbordadas.

El sujeto lírico se presenta como una figura errante, despojada y fragmentada, buscando pertenencia y significado en un mundo hostil. En Escuela de gatos se refleja la lucha por la supervivencia y el desencanto de vivir en un entorno que rechaza lo diferente.

El erotismo está presente como un medio de escape y destrucción, una búsqueda de conexión que a menudo termina en insatisfacción. En Balada del camello o Buscando un amante, el lenguaje carnal expone las contradicciones del deseo y la vulnerabilidad.

La muerte es una constante, no solo física sino también simbólica, representando el desgaste emocional y moral que acompaña la vida nocturna. Al alba explora la desesperación y el enfrentamiento con la soledad y el fracaso.

En cuanto a su lenguaje, la obra se caracteriza por una riqueza de imágenes y metáforas, a menudo cargadas de sensualidad y dolor. La atmósfera recuerda a autores como Leopoldo María Panero y Jean Genet. La descripción del "laboratorio" en Génesis tiene ecos de Frankenstein pero también del imaginario barroco.

Aunque rico en imágenes, el lenguaje es directo, con tonos coloquiales e irónicos. Este contraste potencia la crudeza de los temas tratados. Poemas como Promesa en el cuarto de baño equilibran lirismo con un tono confesional e irreverente. 

Los poemas funcionan como pequeñas narraciones que se entrelazan para formar un diario. Cada pieza aporta una perspectiva diferente, pero todas construyen un retrato global de la noche y sus habitantes. El poemario está dividido en secciones como Diario negro y Diario rojo, que refuerzan la estructura narrativa.

El gato es una figura central y multifacética: simboliza independencia, misterio, sensualidad y peligro. En este contexto, también representa la alienación y la resiliencia de aquellos que deambulan por los márgenes de la sociedad.

La obra dialoga con múltiples referencias literarias y culturales, desde la mitología clásica hasta la cultura pop. Leopoldo María Panero se halla presente como una influencia evidente, tanto en los temas de locura y decadencia como en el tono crítico hacia la sociedad. Por otra parte, la mezcla de ironía, sordidez y ternura remite a la tradición de los antihéroes de Jean Genet e incluso de la picaresca española.

Diario de un gato nocturno se sitúa en el cruce entre la tradición literaria y la modernidad. Su enfoque en los excesos nocturnos y la alienación dialoga con los problemas sociales de finales de los 2000, como la precariedad laboral, la crisis económica y el auge de las subculturas urbanas.

El debut poético de Javier Gato es una obra poderosa y arriesgada, que combina lirismo, crudeza y honestidad brutal para retratar un mundo de excesos, soledad y autodescubrimiento. Su estilo visual, directo y decadente lo posiciona como una voz relevante en la poesía contemporánea española.

Elena Medel, en el epílogo incluido en el libro, lo resume como una obra "durísima, incómoda, dolorosa", que inaugura una trayectoria poética prometedora y marcada por la autenticidad y la audacia.


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