Cuanto más leo la literatura del Bajo Barroco (1650-1750) más me inspira, hasta el punto de que hoy he querido escribir un poema sobre la Cueva, que es la Madre de la que nacemos pero también a la que regresamos. Toda persona paleolítica es un Edipo que jamás corta el cordón umbilical con su Madre, ni a lo largo de esta vida ni después de ella.
EDIPO EN ARIÈGE, QUE ASÍ INTITULÓ Y COMPUSO JAVIER GATO DE TOSCANO, IMITANDO A GÓNGORA
De este, pues, formidable de la tierra
bostezo
Luis de Góngora
No ciego sí enamorado
íntegro el cordón que a tu vientre liga
venas alumbra si carne hogar lóbrego
en su seno hospedando a los extintos
(esta pues húmida de conversión cámara
fuente si óbito en sombra conjura)
donde perpetua vida en cárcel vivo
OEDIPUS IN ARIÈGE, AS TITLED AND COMPOSED BY JAVIER GATO DE TOSCANO, IMITATING GÓNGORA
Not blind yet enamored
whole the cord that to thy womb doth bind
veins it doth kindle if flesh a murked hearth
within its bosom lodging the departed
(this thus humid of conversion chamber
fount if obit in shadow conjures)
where life perpetual in prison I do live
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