Al correligionario Luis Efraín Cabrera López
Ver
donde
la tribu no ve
donde la luz es un párpado cerrado
donde la
sombra se enrosca en su propia cola
Alas
lleno el pecho
se incendia en mi lengua la voz del ciervo
mi
carne
ya
es solo un eco
en
la piel de la cueva
tiembla en mi frente el ojo del águila
Nada (me) pesa
No
hay
mun
d
o
Solo el viento soplando al borde
del abismo
solo el salto ciego que atraviesa la nada
Vuelvo
mis
pies besando lo existente
el fuego en el pecho aún no
extinguido
He visto
He oído
El bisonte me ha dado un
nombre nuevo
Ahora
en
la ceniza de mi sombra
vosotros recogéis el fulgor de mi viaje
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