sábado, 17 de mayo de 2025

La retórica medieval y su evolución


Durante la Edad Media, la enseñanza retórica se basó en los tratados de Cicerón (De oratore, De inventione), la anónima Rhetorica ad Herennium y la Institutio oratoria de Quintiliano, siendo este último el más influyente al considerar la oratoria un "don divino" encaminado a la perfección del espíritu. La retórica medieval se fusionó con la gramática y la enseñanza moral, estableciendo el trivium (gramática, dialéctica y retórica) y el quadrivium (geometría, aritmética, astronomía y música).

La cristianización de la retórica, impulsada por San Agustín en De doctrina christiana, redefinió la elocuencia como un medio de transmisión de la verdad divina, mientras que Bizancio conservó la tradición grecolatina con un enfoque en el estilo y la sofística. En Occidente, la gramática dominó la enseñanza lingüística hasta el siglo XIII, cuando surgieron subdivisiones como el ars dictaminis (arte epistolar), el ars poetriae (teoría de la poesía) y el ars praedicandi (oratoria sagrada).

San Isidoro de Sevilla, Casiodoro y San Jerónimo contribuyeron a la transmisión del conocimiento retórico, mientras que la influencia de Cicerón y Quintiliano permaneció fuerte en la enseñanza. La herencia retórica también impactó la poesía medieval, especialmente a través del panegírico.

Hacia el final de la Edad Media, la retórica renació con el Humanismo, impulsado por la recuperación de textos clásicos y el descubrimiento de la Institutio oratoria de Quintiliano en 1416. El siglo XVI consolidó la retórica como disciplina esencial en la educación humanista, con una fuerte influencia ciceroniana en el estilo y la elocutio.

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